La conciencia absoluta de que lo perfecto no existe, pero la perseverancia eterna por ser mejor persona. Mejor persona desde una perspectiva tan autocrítica, que castiga.
Qué difícil es conformar al resto, cuanto más difícil es conformarme a mí misma. Quiero ganarme la copa del orgullo propio todo el tiempo. Me agota, más que un largo día de trabajo en el día más frío del año a la intemperie. O sea hoy.
Porque el agotamiento físico es pesado, pero el mental es un yunque. Y en mi caso, siempre pesa muchísimos kilos. Cuanto más ideal sería si me dignara a no auto exigirme tanto.
Finalmente empiezo a darle la razón a muchas frases hechas y permito sorprenderme por las cosas que suceden y fluyen solas. El tiempo es sabio, la vida devuelve lo que damos, las recompensas llegan solas cuando menos las esperamos. Y un día sin darme cuenta hago algo que me gusta, me hace bien, pareciera que me sale y me permite pagar la renta.
Estoy bien conmigo, nunca va a ser suficiente, pero de eso
se trata también la vida. Hoy falta equilibrar un poco y trasladar mi bienestar
a todos los ámbitos de mi vida. Pero tranquila, paciencia, pasitos de bebé.
Todo llega.
“Me pinto a mí
misma, porque soy a quien mejor conozco.” Frida Kahlo
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