Primer amor.

Me pase media primaria persiguiendo a un chico un año más grande que yo. Le hice un “bullying del amor” vergonzoso, todo el colegio sabía que me gustaba. Gordita enamoradiza. Tan inocente. Me recuerdo con ternura. Aunque no creo que él me recuerde de la misma manera ya que llame y corte a la casa de su familia un millón de veces en el año lectivo, una stoker de los ´90. Cualquiera que me conoce sabe que el rubio me encantaba y creería que fue mi “primer amor” pero a mis 31 años ese recuerdo solo tiene gusto a pendeja metejonera. Y entiendo que era algo muy de niños. Creo que tenía 25 cuando le comí la boca yo, y ya no tenía tanta gracia. Ya había pasado el metejón. Pero al gordito le di un beso.

Tenía 13 años cuando conocí a mi primer amor. Y ese metejón duro demasiado pera ser llamado así, 5 años de cachetes coloraos. Y aun cuando el contexto no era de cuentos mi amor era inocente y desprejuiciado. Me acuerdo cada mail, cada carta, cada poema, cada dibujo que recibí de él. Error de novata haber perdido muchas de esas coas. Haber tirado una parte de mí que hoy recuerdo con tanto amor. De todas maneras voy a buscar, alguno de esos dibujos o cartas que tanta taquicardia me generaba recibir, tengo que haber guardado.

Que ebullición de emociones que padecía cuando tenía noticias suyas, y aun cuando pude haber pecado de demasiado inocente se que lo que sentí en ese momento fue amor, era amor, eso es amor. Y hoy cuando me acorde de él me di cuenta cuanto más fácil me resultaba amar, lidiar con la mochila que venía el otro. Porque en definitiva muchos años después lidio con las mimas cosas que en ese entonces, solo que ahora la que ya tiene una mochila que acompaña soy yo.

Qué difícil es armar un bolso en común cuando las mochilas son tan pesadas para las dos partes. Porque cargar la mochila y convivir con la del otro, tienen pesos similares, ninguna es fácil y ser realista y perder la inocencia a veces no es fácil. Amar es un arte decía una amiga. (Nunca termine de leer ese libro, que mambito tendré! )

No me quejo del amor que siento hoy ni critico mi presente, solo que dé a ratos me gustaría que mi mochila no pese tanto y el otro entienda exacto como ayudar a cargarla, pero no es fácil. No es fácil ninguna relación interpersonal hoy en día, parece que nuestra generación se volvió más distante y mas temerosa de disfrutar poniendo paredes eternas para alejar al otro.  

Ahora entiendo porque tanto veterano jugando a Peter Pan. Hay que tener mucha valentía para construir un camino de a dos, al menos para alguien como yo que padece ansiedad desmedida, momentáneamente auto medicada.


Y aun cuando parezca que quiero volver el tiempo atrás, solo es una reflexión, un deseo de darme a mi misma mas disfrute, paciencia, determinación, madurez a los actos y más inocencia. Que la mochila a parte de “peros” también tiene crecimiento, también me hacen sentir orgullosa de mis decisiones y mis emociones sinceras. De seguir sintiendo una revolución de sensaciones.

Comentarios